Versión 2 – Ir de paseo (Ejercicio Sesión 2)

Me puse la mascarilla y salí. Crucé el pasillo, llegué al ascensor. Bajé pero me desanimé de ir a la calle. Caminé al patio. No había nadie. Busqué la banca más soleada y me senté. Los juegos infantiles estaban vacíos. Noté que las plantas del falso jardín finalmente han crecido, el ambiente es más acogedor ahora.

Al rato pasó un hombre medio mayor, lo saludé, pero pasó de largo, ni volteo a verme. Vi una cámara de seguridad, noté que es nueva, busqué otras, encontré solo una más. Me quise echar en la banca pero no lo hice. Hoy me puse con falda y quise evitar el conflicto.

Hoy es domingo 26 de diciembre y se acerca la noche de Año Nuevo, noche complicada. Subo el volumen en mi celular y suena Ov7, una canción desconocida, pienso en él. Pienso mucho en él estos días, porque una de las últimas veces que lo vi fue un 31/12, si no la última. No tengo buena memoria.

Me fui a la banca del fondo. Una chica con su celular. ¿A quién le escribirá? ¿Serán mensajes poleadores? No puedo distinguir si sonríe o si su cara no dice nada especial, está en un piso alto. Prefiero pensar que está ilusionada con un nuevo amor, pensando en el viernes, en un encuentro próximo. El sol empieza a ponerse intenso y no me puse bloqueador. Meto la mano en la cartera pero no hay nada.

A lo lejos escucho al tren del pueblo acercarse y me sorprende porque desde que me mudé a Concepción nunca he oído el tren. Me parece que me estoy volviendo loca. Pero no deja de sonar y es cada vez más cercano, chucu chucu chucu chucu. La estación no está cerca de mi casa, hay que caminar como 30 minutos para llegar ahí y como no tengo mucho tiempo aquí y los quehaceres domésticos (y la pandemia) me tienen aislada del mundo, aún no pude ir a conocerla. Nosotros vinimos en auto al pueblo, nos trajo mi cuñado Quique.

Se forma una nube de silencio y me pongo otra vez los audífonos, otra vez una canción de poleos, otra vez cierro los ojos y empiezo a recordar su mirada, su sonrisa al verme llegar a la fiesta, su pelo cortito cortito y ese olor a recién bañadito, vuelo a diciembre de 2012… A pesar de ser imposible, es reconfortante sentirse así, deseada nuevamente… chucu chucu chucu chucu tin, tin, tin, tin chuchuuuuuuuu inicia nuevamente el tren en mi cabeza. Me saco los audífonos nuevamente y veo pasar a los vecinos del 5 apurados “Ya llega el tío Ernesto” susurra la mamá de Mariano “Cuando él llegue van a poder jugar juntos todos los días, vivirá con nosotros” pero Mariano es muy pequeño, aún no sabe hablar y solo mira a su mamá con una corta sonrisita.

Me paro dispuesta a ir a la estación un ratito a conocer, a ver al tal Ernesto y a tomar fotos con el celular de ese gran y sonoro tren pero en ese momento vibra mi celular. Es un mensaje. Mi hijito ya se despertó. Me toca volver a casa. El paseo tendrá que esperar.

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