Versión 4 – Ir de paseo (Ejercicio Sesión 2)

Versión 4 (efectos en la trama)

Me puse la mascarilla y salí. Crucé el pasillo, llegué al ascensor. Bajé pero me desanimé de ir a la calle. Caminé al patio. No había nadie. Busqué la banca más soleada y me senté. Los juegos infantiles estaban vacíos. Noté que las plantas del falso jardín finalmente han crecido, el ambiente es más acogedor ahora.

Al rato pasó un hombre medio mayor, lo saludé, pero pasó de largo, ni volteo a verme. Vi una cámara de seguridad, noté que es nueva, busqué otras, encontré solo una más. Me quise echar en la banca pero no lo hice. Hoy me puse con falda y quise evitar el conflicto.

Hoy es domingo 26 de diciembre y se acerca la noche de Año Nuevo, noche complicada. Subo el volumen en mi celular y suena Ov7, una canción desconocida, pienso en él. Pienso mucho en él estos días, porque una de las últimas veces que lo vi fue un 31/12, si no la última. No tengo buena memoria.

Me fui a la banca del fondo. Una chica con su celular. ¿A quién le escribirá? ¿Serán mensajes poleadores? No puedo distinguir si sonríe o si su cara no dice nada especial, está en un piso alto. Prefiero pensar que está ilusionada con un nuevo amor, pensando en el viernes, en un encuentro próximo. El sol empieza a ponerse intenso y no me puse bloqueador. Meto la mano en la cartera pero no hay nada.

A lo lejos escucho al tren del pueblo acercarse y me sorprende porque desde que me mudé a Concepción nunca he oído el tren. Me parece que me estoy volviendo loca. Pero no deja de sonar y es cada vez más cercano, chucu chucu chucu chucu. La estación no está cerca de mi casa, hay que caminar como 30 minutos para llegar ahí y como no tengo mucho tiempo aquí y los quehaceres domésticos (y la pandemia) me tienen aislada del mundo, aún no pude ir a conocerla. Nosotros vinimos en auto al pueblo, nos trajo mi cuñado Quique.

Se forma una nube de silencio y me pongo otra vez los audífonos, otra vez una canción de poleos, otra vez cierro los ojos y empiezo a recordar su mirada, su sonrisa al verme llegar a la fiesta, su pelo cortito cortito y ese olor a recién bañadito, vuelo a diciembre de 2012… A pesar de ser imposible, es reconfortante sentirse así, deseada nuevamente… chucu chucu chucu chucu tin, tin, tin, tin chuchuuuuuuuu inicia nuevamente el tren en mi cabeza. Me saco los audífonos nuevamente y veo pasar a los vecinos del 5 apurados “Ya llega el tío Ernesto” susurra la mamá de Mariano “Cuando él llegue van a poder jugar juntos todos los días, vivirá con nosotros” pero Mariano es muy pequeño, aún no sabe hablar y solo mira a su mamá y esboza una corta sonrisita.

Me paro dispuesta a ir a la estación un ratito a conocer, a ver al tal Ernesto y a tomar fotos con el celular de ese gran y sonoro tren pero en ese momento vibra mi celular. Es un mensaje. Mi hijito ya se despertó. Debo volver a casa. Además mi esposo sugiere una sorpresa para esta noche. Me sorprendo. Camino rápido por el patio, entro al edificio, llamo al ascensor y toco la puerta, porque salí sin llave. Sebastián me espera con la misma actitud de siempre, no voltea a mirarme pero me dice que le pase un pañal, que hay que alistarnos para salir. ¿Salir? le digo yo. ¿Pero a dónde? pienso. Sebastián voltea e insiste “Pásame el pañal”. Mi hijito se ha despertado un poco fastidiado y ni bien Sebastián lo cambia, corre llorando y se cuelga de la teta.

“Hoy vamos a tener visita” grita Sebastián y coge un álbum de fotos viejo viejito. Va a venir un amigo de la universidad. “Luego te cuento” pero llega en el tren de las 3. Ya debe estar esperándome. Me intranquiliza un poco pensar en una visita de un x en plena pandemia pero al mismo tiempo siento un pequeño alivio de poder conocer a alguien nuevo. “Supongo que usará mascarilla ¿no? ¿Se va a quedar a dormir o qué?”. Sebastián pone su clásica cara de orto y sale por la puerta “Voy solo, ya vuelvo” me dice.

Recojo los juguetes de la sala mientras me tomo un polvito de Paracetamol con cafeína, el paseo bajo el sol fue demasiado para mi cabeza y la teta me terminó de deshidratar.

Son las 7:30 de la noche ya y mi esposo no regresa con su inesperada visita. Tocan la puerta. Me sorprende que alguien toque la puerta a esa hora y veo por el ojito mágico. Es Renzo. Y está parado afuera de mi casa con una maleta grande. Mi esposo lo acompaña.

2 Comentarios

  1. Speedy Ceviche, dice:

    Renso , es el sujeto que Mariana había visto por última vez en aquel año nuevo , y por coincidencia era amigo de su esposo . Que pequeño el mundo . Eso es lo que entendí. Es correcto?

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    1. No no. Por favor léelo otra vez. Hay un Renzo, pero Mariana no es Mariana, si no Mariano. Me cuentas ☝️

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