Versión 5 – Ejercicio Sesión 2 : Ir de paseo (las emociones)

El día en que Miranda desapareció el último en verla, aparentemente, fue su esposo. Ella tenía que salir a dar un pequeño paseo como parte de un curso de narrativa que estaba llevando. Miranda estaba muy contenta esos días, ya que había sido su sueño de toda la vida estudiar algo relacionado con la escritura. Miranda se puso la mascarilla y salió del departamento a las 7 de la noche. Estaba preocupada por dejar a su hijito con su papá, porque él estaba muy acostumbrado con ella pero igual salió.

Cruzo el pasillo, llegó al ascensor y desde ahí dio un gritito “Vengo al toque”

Bajó al patio en busca de algo de acción pero no había nadie. Se sentó en la banca más cercana y  notó que hasta los juegos infantiles estaban vacíos. Las plantas del falso jardín finalmente habían crecido.

Al rato pasó un hombre mayor, de apariencia taciturna, incluso algo violenta y ella se sintió amenazada pero de todas formas lo saludó agitando la mano, pero el hombre pasó de largo.

Vió que habían instalado un par de cámaras de seguridad en el patio pero igual sintió el miedo de estar fuera de su departamento. Había perdido la costumbre de salir debido al confinamiento por el coronavirus. De pronto un gato cruzó corriendo el patio, era negro y muy grande y peludo. No hizo nada de bulla al pasar, fue algo meramente visual.

Prendió Spotify y antes de poder elegir una lista de reproducción, empezó una propaganda de la app, se fastidió un poco y esperó. Luego de la espera empezó una canción del Soundtrack de Moulin Rouge, “Roxanne”. Era ya 26 de diciembre y estaba un poco sensible esos días de navidad, fin de año. Siempre la habían afectado las fiestas.

Se fue a la banca del fondo del patio como quien se despercude de la nostalgia y vió a una chica a través de una ventana. La chica miraba su celular, al igual que Miranda. De pronto sintió que la miraban desde algún lugar detrás de ella. Sintió su espalda frágil y quiso pegarse contra alguna pared pero no había ninguna pared cerca. Oyó un susurro “Shh” y se quitó los auriculares.

Estaba muy nerviosa esos meses porque tenía grandes problemas de insomnio y no era raro para Miranda percibir cosas extrañas en su departamento, pero en su hogar ella se sentía cómoda, eran fantasmas familiares, susurros predecibles, cada noche a la misma hora, las mismas sombras, los mismos sonidos, los mismos rostros. Ahora estaba fuera, estaba algo más asustada, sintió unas ganas inmensas de volver a casa pero quería pasar por algo diferente que le ayude a enumerar actos en el ejercicio de la clase.

Pasó otro hombre a su lado. Este tenía un saco largo como de pelo animal, como de pelo de gato. Nunca lo había visto en su vida. Despedía un olor putrefacto al moverse. Volteó asustada y quiso ignorarlo haciendo como que veía su celular pero su celular se había quedado sin batería.

Volteó a saludar al hombre, que esperó ver en la banca de al lado, pero al voltear él estaba a su lado jadeante, sudaba. En ese momento ella pensó que tendría que haber vuelto a casa cuando lo sintió esa noche, pero eso en ese momento, ya no era una opción.

4 Comentarios

  1. Margarita Pflucker dice:

    Buenísimo, me quedé con la curiosidad de saber que sigue….

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  2. Emanuel Hugo dice:

    Aveces he pensado que los dispositivos móvil son como migas de pan cuando alguien desaparece , son las señales que dejamos en el camino para que nos encuentren.

    Me gustó y me dió temor .

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    1. ¡Qué bueno Emanuel! Interesante lo que dices. ☝️

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